5.6.04

Solo espera que se le pidan favores, que sus hijos no la olviden

La Virgen del delantal

Una niña perdida es protegida y salvada por la Virgen. La Virgen del delantal

Una niña de tres años y tres meses, se extravió a la mitad de la tarde del sábado 18 de enero del año actual y fue buscada por todas partes sin que apareciera. Llegada la noche, sus padres acudieron a las autoridades, denunciaron el hecho, hicieron que corriera la voz entre el vecindario y pidieron la colaboración de todo el pueblo. Por cierto que la noche la pasaron con auténtica ansiedad, pues a pesar de haber recorrido todo el huerto y el monte, palmo a palmo, no se consiguió nada positivo.
Al día siguiente se volvió a la faena, se publicaron edictos en los pueblos vecinos, se intensificó el número de personas que dedicaron su tiempo a buscar a la niña sin obtener resultado positivo La dieron por muerta, pues el terreno era muy irregular y con grandes precipicios, pero a las tres de la tarde unos tíos se encontraron con la niña, la vieron tendida al amparo de un extraño saliente de la montaña, y precisamente junto a un precipicio de intensa profundidad. El primer pensamiento fue trágico: estará muerta... Con gran sorpresa vieron que se levantaba y que serena y tranquila abría sus brazos y se dirigía a sus tíos como si no hubiera ocurrido nada. Al preguntarle si había tenido frío, contestó que no. Ante las preguntas que le hicieron, contestó que una mujer la tapaba con el delantal. Se preguntaban a sí mismos, si al llamarla por la noche, no oía las voces y la niña contestó que sí, pero que la mujer que le acompañaba le decía: «No te muevas, hija mía, que dentro de poco vendrán por ti. Todo el mundo se percató enseguida que se trataba de un milagro, y al trasladarla al pueblo entró en la iglesia parroquial para celebrar una misa de acción de gracias por tan extraordinario suceso, y en aquel momento la niña vio una imagen de la Virgen del Carmen y exclamó dando un grito, con gran alegría:
«Ésta es la Mujer que me tapaba con el delantal». Cuando le señalaron otra imagen en la que se encontraba con San Juan Evangelista, contestó que no, que la primera era la que estuvo con ella. Recorrieron varias casas del pueblo y al final entró en el despacho del sacerdote que tenía también un cuadro de la Virgen del Carmen, y ante aquella imagen volvió a repetir que Aquella era la que le había dado calor y protegido durante toda la noche a pesar del frío. El pueblo dio por seguro que aquella niña había sido protagonista de un verdadero milagro. El milagro del Escapulario que vestía la Virgen y que la niña calificaba con el nombre del «delantal».

En: Lectura Popular» de Orihuela (Alicante) 1898.

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