17.6.04

De la carta sobre el rosario. Papa Juan Pablo II.

Otro ámbito crucial de nuestro tiempo, que requiere una urgente atención y oración, es el de la familia, célula de la sociedad, amenazada cada vez más por fuerzas disgregadoras, tanto de índole ideológica como práctica, que hacen temer por el futuro de esta fundamental e irrenunciable institución y, con ella, por el destino de toda la sociedad. En el marco de una pastoral familiar más amplia, fomentar el Rosario en las familias cristianas es una ayuda eficaz para contrastar los efectos desoladores de esta crisis actual.
" ¡Ahí tienes a tu madre! " (Jn 19, 27)
7. Numerosos signos muestran cómo la Santísima Virgen ejerce también hoy, precisamente a través de esta oración, aquella solicitud materna para con todos los hijos de la Iglesia que el Redentor, poco antes de morir, le confió en la persona del discípulo predilecto: "¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!" (Jn 19, 26). Son conocidas las distintas circunstancias en las que la Madre de Cristo, entre el siglo XIX y XX, ha hecho de algún modo notar su presencia y su voz para exhortar al Pueblo de Dios a recurrir a esta forma de oración contemplativa. Deseo en particular recordar, por la incisiva influencia que conservan en el vida de los cristianos y por el acreditado reconocimiento recibido de la Iglesia, las apariciones de Lourdes y Fátima,11 cuyos Santuarios son meta de numerosos peregrinos, en busca de consuelo y de esperanza.


Tras las huellas de los testigos


8. Sería imposible citar la multitud innumerable de Santos que han encontrado en el Rosario un auténtico camino de santificación. Bastará con recordar a san Luis María Grignion de Montfort, autor de un preciosa obra sobre el Rosario12 y, más cercano a nosotros, al Padre Pío de Pietrelcina, que recientemente he tenido la alegría de canonizar. Un especial carisma como verdadero apóstol del Rosario tuvo también el Beato Bartolomé Longo. Su camino de santidad se apoya sobre una inspiración sentida en lo más hondo de su corazón: " ¡Quien propaga el Rosario se salva! ".13 Basándose en ello, se sintió llamado a construir en Pompeya un templo dedicado a la Virgen del Santo Rosario colindante con los restos de la antigua ciudad, apenas influenciada por el anuncio cristiano antes de quedar cubierta por la erupción del Vesuvio en el año 79 y rescatada de sus cenizas siglos después, como testimonio de las luces y las sombras de la civilización clásica.
Con toda su obra y, en particular, a través de los "Quince Sábados", Bartolomé Longo desarrolló el meollo cristológico y contemplativo del Rosario, que ha contado con un particular aliento y apoyo en León XIII, el "Papa del Rosario".

Con Santa Verónica Juliani

La Virgen María en la vida espiritual de santa Verónica
A medida que Verónica avanza en el camino de la perfección, aumenta también la presencia de la Madre de Dios hasta el punto de sustituir casi la de Jesús. La Virgen santa la atrae a la propia vida, a fin de que, identificada con ella, pueda conducirla a su divino Hijo y a la adoración de la santísima Trinidad. Cada día con mayor frecuencia Verónica se siente confirmada - y lo registra en su Diario - "hija del Padre, esposa del Verbo y discípula del Espíritu Santo".

Se puede hablar de un "camino mariano" de santa Verónica. Y es ésta tal vez la tonalidad más destacada, mientras sube a las cimas de la perfección. Esta presencia central de María santísima tuvo comienzo en el año 1700, cuando la "querida Mamá" le ofrecía suave refugio en su regazo acogedor: la sostenía en las pruebas y le prodigaba su guía segura y su luminoso magisterio. Es introducida primero como "discípula" y después como "novicia de María". Se funde con su corazón.

El 21 de noviembre de 1708 Verónica se ofrece con un solemne acto de donación a María y se declara su "sierva". Esto equivale a la total consagración mariana. A partir de aquel momento se desarrolla rápidamente un proceso de Profunda identificación entre María y su hija espiritual Verónica.

Desde 1715 las gracias de unión mística son experimentadas a través de la compenetración con el alma de María.

A partir del 14 de agosto de 1720 Verónica comienza a escribir bajo el dictado de la Virgen. María vive con ella el presente: es la verdadera guía del monasterio. Le dice: "Hija, estate tranquila. Yo soy la superiora y corre por mi cuenta el necesario sustento para ti y para tus hermanas. Es mi oficio; tú no tienes que preocuparte de nada".

Y Verónica va constatando cosas admirables. La «nueva superiora" la sustituye hasta en el guiar el capítulo de las hermanas. Escribe la Santa: "Cada viernes yo me postro a los pies de María santísima, le pido que tenga a bien guiarme y enseñarme lo que tengo que decir a cada hermana, y siempre experimento su ayuda especial. Paréceme que María santísima está allí personalmente como superiora y que yo voy diciendo, de parte suya, todo cuanto me dicta ella. Pero hoy ha sucedido algo insólito: apenas comenzado el capítulo, me he encontrado fuera de los sentidos, de modo sin embargo que nadie ha podido darse cuenta, porque ha sido entre mí y Dios...

Al terminar me he dado cuenta de que había hecho el capítulo. ¡Sea todo a gloria de Dios y de María santísima! Ella ha dicho y hecho todo".

Identificada con María santísima
Las paginas de Verónica que se refieren a los aspectos marianos de su vida son de las más bellas y significativas por lo que hace al camino espiritual de ella y de todo cristiano. Contienen doctrina y práctica luminosa y se imponen a la atención de cualquiera que reconozca la importancia de la consagración a la Virgen como medio de la más alta perfección,

Escribe: "Paréceme que, en ese momento, la santísima Virgen se ha transformado a sí misma en mí; pero para hacer entender esto no hallo modo de declararlo, ya que mi alma se ha hecho una misma cosa con María santísima, del modo que yo experimento cuando recibo la gracia de la transformación de Dios con el alma y del alma en Dios".

La Virgen la llama afectuosamente "corazón de mi corazón" y, mediante ella, adora a la santísima Trinidad. Nuevamente se inclina sobre los pliegos del Diario y apunta: "Me ha venido el recogimiento con la visión de María santísima. Me he comportado como suelo; y ella me ha hecho hacer aquella adoración a la santísima Trinidad. Entonces han venido tres rayos, con tres dardos, a este corazón. Me ha parecido que las tres divinas Personas, en señal de amor, han confirmado lo que tantas veces han tenido a bien hacerme comprender. María santísima me ha dicho: "El Padre eterno te confirma por hija, el Verbo eterno por esposa suya, el Espíritu Santo por discípula suya". Y, mientras tanto, los tres dardos que estaban en el corazón han ido derechos al corazón de María santísima y del corazón de María santísima ha venido uno a este corazón, el cual lanzaba el mismo corazón al corazón de ella. Aquellos tres dardos luego semejaban centellas, y ya volvían a este corazón ya al de la santísima Virgen.

Aquí he experimentado un no sé qué de nuevo: me parecía que mi alma y este corazón eran una misma cosa con María santísima".

Por medio de la Madre de Dios se le comunican gracias cada vez más especiales. Se lo recuerda la misma Virgen: "Y de nuevo, en el momento en que ha venido a ti el Dios sacramentado, el alma de mi alma (Verónica) ha quedado identificada con la voluntad de Dios y mía, porque en ese momento ha comenzado un modo de obediencia más exacta: es que yo he hecho participar al alma de mi alma mi misma obediencia.

(De corazones org.)

Así es como la Virgen le comunica sus virtudes. Entre éstas resplandece la pureza. "Mi corazón y mi alma hicieron sentir penetrantemente en el corazón de mi corazón (Verónica) el valor de mi pureza. Hija, haz aprecio de esta gracia, que es tan agradable a Dios. El alma sencilla y pura atrae la mirada de Dios, El la llena de sus divinas gracias y dones. Hija, la mirada divina santifica y vivifica a las almas inocentes y puras". Así en todas las virtudes: "Te hice participar del mérito de todas las virtudes que había ejercitado yo y con ellas te presenté a Dios".

En la cima se halla siempre la caridad, el amor. Sólo éste crea y renueva. Y la Virgen le dice que le "renovó todo el corazón por medio de un rayo de amor que te comunicó mi corazón". Por ese camino el alma de Verónica viene a ser confirmada y "elegida entre los elegidos", comenzando el "anticipado paraíso" para quedar unida siempre en el "Espíritu Santo Amor".

No politización sino paz en la Reina. Medjugorge.

The Events in Medjugorje
Turning our attention back to the more recent phenomenon of Medjugorje, the visions there also took place in a specific historical context. The occupation of the nation by Nazi Germany in 1941 established a Croatian (i.e., largely Roman Catholic) fascist state that was strongly resisted by several groups. Especially suffering at the hands of the fascist regime were their Serbian (primarily Eastern Orthodox) neighbors. This oppression was in retaliation for 400 years of Turkish rule during which the Roman Catholics felt they had suffered a heavy hand upon them. In any event, hundreds had died in pogroms of the period.

Eventually the dissident group headed by Marshal Tito took full control after the German expulsion of 1945 and established a communist government. Even though Tito broke with Stalin and the Cominform in 1948 to develop his own brand of communism, Yugoslavia remained a communist regime, and religion was suppressed as a result. Religion, for example, had been entirely banned from the school classroom. In June of 1981 Ivanka Ivankovic, a fifteen-year-old schoolgirl, was the first to experience an apparition of the Virgin Mary. (I note that Ivanka's mother had just died and Ivanka was to immediately refer to the Virgin as "Our Mother.") The apparition of the Virgin immediately gave Ivanka various messages of hope and peace to convey to the villagers (as she would almost daily do thereafter; why the Virgin chose not to speak directly with the villagers is unclear). The other two schoolgirls who were with her on the occasion of the first appearance later said that they too had seen the Virgin. Within days, hundreds of visitors began to arrive in the village to hear the messages and hopeful of seeing the apparition themselves.

The miracles in Medjugorje, while pleasing to the local Catholic peasants, set off dire concern among the party functionaries in the urban centers. Far from viewing the claimed appearances as fortuitous, the party leaders clearly feared that the apparitions might provide the focal point for a revitalization movement among the Catholics of the nation. The term revitalization movement is commonplace in modern anthropology. It refers to the largely spontaneous uprising of members of a formerly dominant (but then subordinated) group who attempt through militant action to recapture their former dominance, including the cultural and religious symbolism they favor. However, the uprising takes a singularly peculiar form. A revitalization movement typically begins in a manner that appears to be no more than a rebirth of interest in spiritual life among the oppressed. However, the apparently merely religious phenomenon in some cases provides an organizational structure for the discontented to quickly mobilize a political movement.

In any event, the Communist government of the former Yugoslavia greatly feared that the alleged appearances of the Virgin Mary might be a thinly disguised device by which a Catholic Nationalist revitalization movement might attempt to reassert its claim to the nation.

On the eighth day of the children's visions, the police attempted to break up the crowd and take the visionary children in custody. A Franciscan priest, upon seeing this, took the children to sanctuary in his local church. The priest later said that a divine voice had told him to protect the children. Some more cynical observers suggested it was the first step in the appropriation of the miracle by the organized Church. Apparently the Virgin was prepared to accommodate the new indoor arrangements, and thereafter began to appear to the children daily inside the church. Apparently, also, the Virgin was becoming increasingly interested in politics. The children were receiving ten messages each per day now, and many of these consisted of statements such as, "The Russians will become Christians" and "The West has lost its faith."

Now the miracles came fast and frequent. Accounts of miraculous healings began to occur with frequency (for examples, see Nickell 1998). A cross on a nearby hill was said to sometimes turn into "a pillar of light," and as at Fatima, the sun was said to "dance" in the sky—although only some of those present on these occasions saw the transmutation of the cross or the dancing of the sun.

Things also began to take a somewhat ugly turn within the religious community. There had been for a hundred years a competitive relationship between the lay clergy and the Franciscan priests of the area. The lay clergy, also called diocesan priests, report directly to their bishop. They are trained in seminaries that are not associated with a particular order. Priests in the orders, e.g., Jesuits, Franciscans, Dominicans, Maryknoll, and so on, are always subject to the authority of the local bishop, but their main allegiance is to their order and its mission.

The lay clergy had for some time accused the Franciscan Brotherhood of being arrogant and manipulative. Now the lay clergymen began to accuse the Franciscans of having knowingly appropriated the appearances of the Virgin to legitimate their order at the expense of the influence of the lay clergy.


Raymond Eve. Skeptical Inquirer. November 2002.

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